jueves, 9 de agosto de 2007

Entrada múltiple de televisión.

Creacionismo contra Evolución en Los Simpsons

Pasé unos días fuera de Monterrey, en un lugar en el que las posibilidades de ver televisión se reducían al canal 7 de Azteca y al canal 2 de Televisa. Una serie de coincidencias bastante afortunadas hizo que pasara todos esos días con un mal respiratorio que me impidió disfrutar del aire libre y la belleza semidesértica del lugar. Una de las cosas que noté viendo esos canales de televisión es que el único programa que promueve el pensamiento crítico en la televisión abierta mexicana es la caricatura de Los Simpsons, aunque me encontré con una esperanzadora excepción, que mencionaré más adelante. Tuve la oportunidad de ver un interesante capítulo de esa caricatura en el que llega a Springfield la controversia entre creacionismo y evolución, teniendo el creacionismo a Ned Flanders como su defensor, y la evolución a Lisa Simpson de su lado. El humor sale de inmediato cuando, a instancias de Flanders y el ministro religioso de Springfield, se enseña el creacionismo en la escuela pública como una alternativa a la evolución, a lo que Lisa presenta una oposición en el cabildo público (o como se llame esa institución en Springfield), indicando que ambas teorías (creacionismo y evolución) no pueden coexistir, por lo que el alcalde, entendiendo que Lisa tiene razón, decide anular la enseñanza... ¡De la evolución! A partir de ese momento se dan las situaciones ridículas que caracterizan a esa caricatura de los norteamericanos, situaciones que me hicieron reír aun con dolor de garganta. En un momento determinado se dio el diálogo siguiente en el lugar en que me encontraba: (A es Antonio, O para Otra persona)

A: Lo más chistoso de todo es que ese debate de verdad se está dando en Estados Unidos.
O: Claro que, si la evolución es cierta ¿Por qué dejamos de evolucionar?
A: Lo que pasa es que no hemos dejado de evolucionar, pero no lo notas porque la evolución no ocurre a un ritmo que podamos observar.
O: Pues ¿Cuánto tiempo pasó desde que éramos monos?
A: Como unos 12 millones de años, lo cual viene a ser como un medio millón de generaciones (esto lo cité de memoria de un artículo de Dawkins que leí hace como un año, así que no fui muy exacto. Según el artículo nuestro antepasado mono vivió hace de 5 a 7 millones de años)
O: ¿De veras?
A: Sí, pero hay otros indicios de la evolución que podemos ver fácilmente, por ejemplo, ahora mismo es muy probable que yo tenga una colonia de bacterias en mi garganta ¿Has notado que cuando te recetan antibióticos, los médicos te insisten en que no debes tomar menos de la dosis indicada? O sea que si son cinco inyecciones no debes suspender el tratamiento al sentirte bien después de la segunda o la tercera.
O: Sí, es cierto.
A: Pues la razón para ello es porque las primeras tomas del antibiótico matan a los individuos más débiles de la colonia, por lo que, si la suspendes, dejarás vivos a los más resistentes y estos serán los padres de la siguiente generación, con lo que tendrás una nueva generación de puros individuos resistentes. Si lo analizas te darás cuenta de que ese es el mecanismo de la evolución, diferencias pequeñas, mutaciones que pueden ser perjudiciales (como tal vez sea el caso de B, a quien tienes enfrente) y causar problemas, pero algunas otras que implican una ventaja competitiva en cierto momento y la facilidad de pasar como característica a la siguiente generación. Tan sencillo como las plagas de cucarachas y su cada vez mayor resistencia a los insecticidas.
O: Sí, es cierto.
A: Lo que ha ocurrido en Estados Unidos es que los evangélicos han creado teorías que parecen científicas, como la del diseño inteligente, que dice que los organismos vivos son tan complejos y perfectos que, por fuerza, tuvieron que ser diseñados por un creador.
O: Eso sí debe ser ¿Cómo puede todo funcionar tan bien?
A: ¿Tú crees que B funciona bien? El diseño inteligente puede parecer una idea sensata y, si me apuras, hasta lógica, pero tiene el problema de que hay muchísima evidencia apoyando la teoría de la evolución.
O: ¿De veras? (Creo que en este punto mi cháchara evolucionista ya empezaba a aburrir).
A: Sí. Antes del siglo XIX la evolución era tan especulativa como cualquier idea que un filósofo pudiera proponer, pero cuando avanzó la tecnología y los ferrocarriles, que necesitaban pistas más o menos uniformes para moverse hicieron necesario realizar cortes grandes en terrenos, y la minería avanzó, empezaron a encontrarse fósiles de animales desconocidos, que al estudiarse sugirieron que los seres vivos no habían sido siempre como los que existen en la actualidad.
O: ¡Ah! ¿De veras?

En este punto concluí que la persona se estaba aburriendo bastante. Mientras manejaba de regreso, pensé que debí mencionar que los católicos no deben preocuparse por esa discusión ya que la jerarquía católica (con excepción del nuevo papa) ha expresado su conformidad con la teoría de la evolución.

Una visita al Google me mostró las siguientes entradas interesantes relacionadas con el tema:

Más sobre creencionismo, en el blog Catol-cinismo

Teaching the controversy... in Springfield

Los Simpson, en la revista 'Nature', en Magonia


Es “Difícil de creer”, pero el penúltimo programa de esa serie mostró rasgos de escepticismo.

Hace unos meses hice un post acerca de un tema tratado, a mi juicio, de forma incompleta e incorrecta en el programa de TV Azteca “Difícil de Creer”...

Sin embargo, en la emisión del jueves 26 de Julio de 2007 me llevé la grata sorpresa de ver el programa completo y encontrarme con que el conductor utiliza un lenguaje bastante más cauto al tratar los temas controvertidos a que suele referirse. Voy a citar más o menos de memoria, y más o menos basado en la página web de TV Azteca:

Inició con el tema del alma y su supuesto peso de 21 gramos. El texto está aquí y concuerda con lo que escuché en televisión. Aun cuando no pierde el tono misteriosista de su presentación, no oculta el hecho de que el caso de los 21 gramos no es un experimento científico, sino un resultado aislado que no se ha podido repetir. En el caso de Edgar Cayce (el texto no aparece en su sitio web), terminó citando la opinión de escépticos, y en el caso de los ovnis (tampoco hay texto disponible) la conclusión fue que en todos los casos puede haber explicaciones diferentes a la visita de extraterrestres, aunque terminó diciendo que la opinión más importante es la de “usted”, recordándome a un clásico que siempre concluye con “...como siempre, usted tiene la última palabra”, como si la opinión del televidente fuera un veredicto inapelable.

¿Qué ocurrió con el programa televisivo que privilegiaba lo relevante sobre lo importante? Mi narcisismo me dice que leyó mi post anterior y se sintió avergonzado por utilizar el espectro radioeléctrico para deseducar a la población, pero mi escepticismo (y el authority 22 de technorati) me dicen que esa es una posibilidad casi nula. De cualquier forma me pareció que si critiqué teniendo razón debo reconocer cuando noto que el tono sesgado del programa no es la regla.

Televisa por las mañanas.

El Monstruo Volador de Espagueti, en su infinitamente pastosa sabiduría, ha colocado el cerro de la silla entre la antena de televisa (apoyada en ese cerro) y el lugar en done vivo (cercano a sus faldas), y mi actividad laboral ocupando la casi totalidad de la horas de luz diurna de los días hábiles de mi vida. Es por eso que sólo las vacaciones fuera de Monterrey me permitieron darme cuenta de que la programación de Televisa en horas hábiles es un foro abierto a los horóscopos, cazafantasmas, comerciantes del misterio y fauna similar. Por más que esperé no pude identificar espacios en Televisa dedicados a la crítica escéptica.