La semana pasada se reventó una llanta de mi auto ¿La causa? Pasé por un bache que hizo brincar mi auto de tal forma que uno de los lados fue mordido entre el pavimento y el rin con suficiente fuerza para romper la banda de refuerzo. La responsabilidad del mantenimiento de mi auto es sólo mía, pero en lo que a la calle Ocampo se refiere, es del gobierno municipal, por lo que acabo de sumar una más a las razones para anular mi voto en la elección de este 5 de Julio.
Ya sé que esta razón suena ridícula, pero sumada a las miles de razones que escucho y leo todos los días, redondea cerca de un millón de motivos para anular mi voto:
- En la elección del 2006, el gobierno federal, en complicidad con el IFE, el TRIFE y demás amigos del innombrable, perpetraron un fraude electoral. En esta ocasión mejor voy a anular mi voto.
- En una guardería del IMSS en Sonora, decenas de niños murieron en un incendio. Se sospecha de contubernios y negligencia. Otra razón para anular mi voto.
- El peje no tuvo empacho en imponer a un títere como candidato del PT para que los electores voten por él, con la promesa de que al ganar va a renunciar a favor de la candidata del PRD que la dirigencia de este partido se negó a aceptar. Podría oponerme votando por alguna otra opción pero creo que mejor anulo mi voto.
- El gobierno federal, en el marco de la lucha contra el crimen organizado, encarcela a alcaldes y policías de municipios gobernados por la oposición. Puede decirse que es parte de las funciones normales de gobierno, pero desagrada que ocurra en tiempos de campaña electoral. Anulo mi voto.
- Los diputados, sin importar quienes ni de que partido, son muchos, cobran mucho y no hacen nada bueno por el país. No voy a respaldarlos votando por nadie. Voy a anular mi voto.
- Calderón se niega a devolver la secuestradora francesa a su país, lo que es una descarada estrategia electorera, por lo que anularé mi voto. Si se le hubiera ocurrido enviarla a Francia, yo manifestaría mi descontento anulando mi voto.
- La actual crisis económica es la más fuerte de que se tenga memoria. Los gobernantes prometieron que habría más empleo, pero hay menos. Los voy a castigar anulando mi voto.
- Es tan malo el giro como el colorado, e incluso el verde, que propone matar a los secuestradores (y hacer más probable que me maten para reducir el riesgo de ser atrapados) y que todos paguemos las medicinas que el IMSS y el ISSSTE no puedan proveer. Lo único que me queda es anular mi voto.
- No se permiten las candidaturas independientes. No se permite la reelección de diputados y senadores. Los partidos políticos son meras agencias de colocaciones en puestos públicos con cargo a mis bolsillos. Los organismos supuestamente ciudadanos, como el IFE, no me representan ni me hacen caso. Todos los políticos mexicanos son corruptos. Ya estoy harto. No importa lo que me digan, yo voy a anular mi voto.
- Hace mucho calor. Más me vale levantarme temprano para no sudar mucho mientras hago cola en la casilla para anular mi voto.
La campaña que se está dando para anular el voto es todo un éxito. Ha salido del Internet y ha invadido los editoriales de los periódicos y las conversaciones de sobremesa, incluso ha provocado reacciones en la clase política. Sin embargo, hasta el momento no he encontrado un solo argumento válido para seguir esa sugerencia.
Las principales razones de la campaña para anular el voto hacen referencia al hartazgo de la ciudadanía por la corrupción e ineficacia de los funcionarios públicos en todos los niveles, poderes y partidos de gobierno.
Creo que el hartazgo es real y por primera vez llega a las clases medias y toca a líderes de opinión. Tengo mis ideas acerca de esto y pienso que el movimiento por anular el voto es el primer indicio de que la sociedad mexicana empieza a despertar de un letargo que está por cumplir el siglo. Entiendo y comparto al 100% las razones del hartazgo, pero no soy capaz de comprender el mecanismo social propuesto que va del acto de anular al resultado de mejorar el sistema político contra el cual pretende manifestarse.
Varias veces he expuesto argumentos en contra de esta idea y nunca he recibido una respuesta que los rebata. Lo único que he recibido como respuesta ha sido la reiteración del hartazgo, y la repetición de todas las cosas malas que el régimen de partidos nos ha traído, así como referencias a los derechos que tenemos como votantes y la pregunta acerca de por quién voy a votar yo o que voy a hacer para mejorar las cosas en lugar de anular.
Debo decirlo. Lo he expresado en comentarios de otros blogs y sería hipócrita si no lo dijera aquí. Hasta ahora no he visto razones que no puedan reescribirse como una reacción visceral al deficiente funcionamiento del gobierno mexicano. Pareciera que lo que están buscando es que llegara un mesías capaz de resolver todos los problemas sin mancharse (difícil, pero posible) y sin necesidad de que la ciudadanía se involucrara en los asuntos públicos (remotamente posible, tal vez si restauramos alguna de monarquías que hemos sobrevivido en tiempos históricos).
Voy a exponer aquí las razones por las que considero que la anulación de los votos no es una medida adecuada. Sólo voy a analizar las razones a las que les concedo cierta verosimilitud, ya que refutar todas las frases (no me atrevo a llamarlas argumentos) que se usan para iniciar el mantra de “…, otra razón para anular mi voto el 5 de Julio” me tomaría demasiado tiempo (y a la velocidad a la que escribo, no me permitiría concluir otra entrada que quiero terminar antes del cierre del próximo Circo del Absurdo).
En algunos casos, se plantean objetivos prácticos, como hacer que se reduzca el dinero que reciben los partidos, la cantidad de diputados y senadores, los sueldos de los funcionarios públicos, y cosas así.
Veamos. Si la motivación para anular el voto es evitar que el dinero de nuestros impuestos llegue a los partidos, lo primero que hay que ver es si anular el voto es realmente efectivo ¿Cómo se decide la cantidad de dinero que se reparte entre los partidos y cuál es el método para elegir cuanto le toca a cada uno?La respuesta está en el artículo 41 de la constitución (el que no la tenga, la puede bajar de
http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf). El monto total es el 75% del salario mínimo del DF por cada ciudadano empadronado por año (Art. 41, inciso II,a) y se distribuye entre los partidos con una fórmula que incluye una parte igual (30%, que se reparte igual a todos los partidos) y el resto proporcional a los votos obtenidos para la elección a diputados en la elección anterior.Es decir, que desde el punto de vista legal, a los partidos no se les reduce ni un centavo lo que reciben por efecto de la anulación del voto. Lo que sí ocurre, es que la conformación de la cámara de diputados será establecida según los votos que logren obtener los partidos. Si la porción informada de la sociedad opta por anular su voto, estará dejando la elección en manos de los votantes duros, en el mejor de los casos, o de otros grupos con interés y fuerza para manipular la elección, como pueden ser los narcotraficantes. En ambos casos, los partidos grandes seguirán recibiendo el 30% del 75% del salario mínimo por cada empadronado durante un año, casi sin sudar, y el 70% del mismo monto, por los votos que logren captar por acarreos e incondicionales ¿De verdad quieren eso?
En todo caso, la campaña debería ser para borrar nuestro registro del padrón, cosa que no podemos hacer de forma tan fácil como anular nuestro voto, aunque sí podemos exigir haciendo mucho ruido, como el que ha hecho en Argentina la
campaña por la apostasía.
Es que, al final, lo que importa son las consecuencias de nuestras decisiones. Actuar movidos por el amor propio puede ser muy agradable pero las consecuencias de esos actos podrían no serlo tanto. Antes de decidir votar en blanco hay que considerar que tan probables son los siguientes escenarios:
1.- El voto duro va a dominar esta elección, por medio de acarreados, amenazados, votos corporativos, y todos los vicios de la época del carro completo priista. Los votos nulos van a facilitar esto.
2.- Como una variante de lo anterior, los capos de la droga pueden comprar posiciones estratégicas en la administración pública y en el congreso sin necesidad de recurrir a gigantescos sobornos. Hace unas semanas volvimos a ver en Monterrey como las mafias del crimen organizado están movilizando grupos para crear problemas. No creo que eso sea gratuito. En febrero se dijo que cada manifestante recibía 500 pesos por día, pero para ir a votar por el candidato que se les señale, los mismos cobrarán menos, dado que no tienen que arriesgarse a ser detenidos o golpeados, ni a pasar todas esas horas en la calle bajo el sol.
Se argumenta que el objetivo es hacer que los políticos se den cuenta del repudio que de la sociedad. Estoy de acuerdo con esto, pero ¿Anulando el voto? Eso significa que vamos a premiar a los grupos que tienen más posibilidades de ganar la elección facilitándoles las cosas y sentarnos a esperar que lo consideren un castigo.
O no sentarnos, podemos llevar la protesta más allá del día de la elección, distribuir listas de contactos de los congresistas elegidos, enviarles las propuestas de ley que queremos que impulsen y nuestras sugerencias de preferencias, organizar manifestaciones frente a sus oficinas cuando sea notorio que actúan por consigna de su partido y formar verdaderos frentes ciudadanos que nos lleven a una auténtica representación. Sería deseable que los movimientos para anular el voto tuvieran esa intención de seguimiento pero lo veo poco probable. El movimiento aglutina agendas muy diferentes: hay antipejistas furibundos que van a anular su voto para manifestar su hartazgo contra los descarados pejistas, bejaranistas y padiernistas, (que de todas formas ya no cuentan con la estructura del mermado PRD y sólo se apoyan en los membretes del PT y convergencia, por lo que sin importar lo que pase de aquí al 5 de Julio, ya no representan ningún peligro para México), y hay enojados anticalderonistas que van a anular su voto como protesta contra el fraude del 2006 para demostrar que a ellos no les cuadra que haiga sido como haiga sido), padres de familia molestos por la impunidad con que el sindicato de Elba Ester manipula el sistema educativo y todo el espectro intermedio. Los religiosos para quejarse de la falta de libertad religiosa, y los librepensadores para quejarse de la alianza PAN-Icar, los liberalistas económicos están enojados porque la política económica interviene en los mercados, mientras los izquierdistas se quejan de que la política económica es favorable a las elites empresariales. Sólo vean la propuesta de
http://www.movimientoalsocialismo.com.mx/archivos/elecciones/plataforma.html ¿Qué futuro tiene un movimiento que aglutina grupos que no tienen en común más que el “estoy harto” en contra de todo?
También me han preguntado qué es lo que propongo. Para empezar creo que la anulación del voto es una solución falsa si se la toma como la única acción a efectuar. Además, sólo porque yo no sea capaz de proponer una alternativa no significa que tenga que agarrar la primera que me ofrecen. Pero sí soy capaz. La verdadera solución tendría que pasar por darle seguimiento cercano a los funcionarios. Aunque parezca un chiste, los diputados son los más fáciles de fiscalizar por los ciudadanos porque viven entre nosotros (todavía). No considero un pecado organizar marchas en la vía pública siempre y cuando éstas tengan objetivos claros y específicos.
Pero, nada más para que vean que no soy un antianulacionista aferrado, voy a proponer un reto: una sola iniciativa ciudadana que esté dispuesta a mancharse las manos, a publicar listas de diputados y senadores, con teléfonos y correos electrónicos, a recabar propuestas ciudadanas de modificación a las leyes, que se plante frente a las oficinas de los funcionarios hasta ser recibidos y a dar seguimiento, a solidarizarse contra los abusos de las autoridades, solo quiero ver una iniciativa que vaya más allá de anular los votos e irnos a sentar a esperar a que el sistema político se corrija con este hecho, y yo anulo mi voto y me uno a ella.
Pero no veo ninguna así. Sólo como ejemplo, en el sitio
http://www.votaenblanco.org.mx/ no hay más propuesta que anular el voto, anunciarlo por Internet y ponerse una playera; el sitio
http://www.anulatuvoto.org.mx/ indica “Hagamos nuestra parte y participemos anulando nuestros votos”, el facebook del tema (
http://es-la.facebook.com/pages/ANULA-TU-VOTO/91567702237) no sale de lo mismo, mientras que Denise Dresser (
http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=69502) explica magistralmente lo que no hay que hacer pero no lo que hay que hacer, como si la inacción fuera a producir los resultados adecuados.
Me parece que si nos dejamos llevar por el coraje sin aplicarnos con inteligencia, vamos a descubrir un día que hubo quienes aprovecharon nuestra molestia para erigirse en la nueva elite dominante. Después de todo, ya ocurrió más de una vez. Y la última elite se mantuvo en el poder por 70 años sin dar la más mínima muestra de necesitar legitimarse con nuestra aprobación explícita.