En estos días se está anunciando en Monterrey un seminario de Feng-Shui. La información acerca del mismo se puede encontrar en el sitio web de Feng-Shui Monterrey - 8 Dragones (http://www.fengshui-monterrey.com/). Como veo que hay publicidad en las calles y que los cursos que ofrece este sitio no son gratuitos, escribo este post con la esperanza de que alguien en Monterrey la lea y se entere que significa esto de Feng-Shui, antes de tomar alguna decisión que implique gastar su dinero en alguno de estos cursos, seminario o asesoría.
Hay varias definiciones, pero puede decirse que el feng shui es una antigua práctica de origen chino que pretende utilizar las leyes del cielo y de la tierra para mejorar la vida humana mediante el aprovechamiento de la energía Chi.
La práctica del feng shui se basa en nociones y creencias antiguas y que no han tenido comprobación científica, tal como la energía Chi. También para la energía Chi hay varias definiciones, pero puede decirse que el término se refiere a un flujo vital que sostiene a todos los organismos vivos. Este concepto está basado en una antigua filosofía que, con el paso del tiempo ha quedado en metafísica, es decir, en esa parte de la filosofía que busca respuestas en el puro pensamiento, sin respaldo basado en la observación o en la experiencia. El concepto de Chi no sólo se aplica al feng shui, sino también a otras prácticas tradicionales orientales como la acupuntura y el Reiki.
La existencia de algo como el Chi no está comprobada y no es una idea plausible desde el momento en que no puede ser detectada ni medida por métodos verificables (o falsables). Existen sí, personas que afirman poder detectarla y controlarla, pero no ofrecen pruebas más allá de la fe que el creyente tenga en la habilidad que estas personas dicen tener. También existen instrumentos con los que los asesores de feng shui se apoyan para determinar sus recomendaciones, los cuales se denominan luopan, y consisten básicamente en brujulas, muy sofisticadas sí, pero brújulas al fin, por lo que lo único que pueden medir es la dirección del campo magnético existente en cada sitio y por supuesto no puede medir el Chi, a menos, claro, que el Chi fuera el campo magnético expresado con otro nombre.
Hay que tener cuidado con lo que compramos. Es fácil confundir complejidad con ciencia. Es muy común que quienes quieren vender una idea como respaldada en la ciencia presenten diagramas o instrumentos complicados o métodos complejos y precisos. Se puede escribir un procedimiento largo, complicado y lleno de cálculos matemáticos sin tener ninguna base sobre la cual se pueda afirmar que los resultados tienen alguna correspondencia con algo real. Tenemos así a los astrólogos elaborando complicados diagramas que denominan "cartas astrales" en las que basan predicciones que no contrastan con controles estadísticos, o a Jaime Maussan presentando a Jorge Guerrero en la televisión mostrando un contador Geiger con el que afirma haber detectado materia obscura, cuando este aparato sirve para detectar partículas radioactivas mientras que la materia oscura es, por el momento, un concepto físico que se utiliza para explicar ciertos fenómenos observados y cuya composición exacta se desconoce, por lo que no puede detectarse con un contador de radiación.
Aunque tal vez no era la intención original de los antiguos chinos, en la actualidad el Chi se suele relacionar con el término "energía", pero no con el concepto físico de energía, sino con el uso que de esa palabra se efectúa en las modernas corrientes de la Nueva Era. La energía, como concepto físico es suceptible de ser cuantificado y que se refiere a una cantidad escalar (no asociada a una dirección y sentido espacial) relacionada con un sistema, que en forma simple se puede expresar como la capacidad del sistema de efectuar un trabajo físico. Este concepto de energía es real y está relacionado con otras cantidades físicas cuantificables tales como fuerza, potencia o impulso. Por otro lado, tenemos el concepto de energía de la Nueva Era, el cual tiene diferentes significados más o menos precisos (y más o menos difusos) según la necesidad de dar sustento teórico que tenga cada disciplina alternativa, y según el público al que vaya dirigida cada explicación; con lo que el término "energía" puede referirse a cosas tan variadas como las vibraciones en cristales de cuarzo o el difuso concepto de "alma", con el que el antiguo término Chi también está relacionado mediante el concepto de vitalismo.
Pero supongamos que en realidad sí existe algo como la llamada energía Chi y que nuestro bienestar depende de dejarla fluir en forma adecuada. Aun en ese caso todavía habría que aceptar que los asesores que nos dicen donde poner los muebles, la puerta del baño o como decorar nuestros ambientes, realmente la conocen y la pueden controlar. Sin embargo, dado que no cuentan con criterios, conceptos e instrumentos confiables para determinarla, la única forma de aceptar que sus consejos son los correctos consiste en tomar lo que nos dicen con fe ciega (y con la misma pagar sus honorarios). Aunque también podemos ponerlos a prueba con algún complicado estudio estadístico en el que, por ejemplo, tomemos a un grupo de ejecutivos de cuenta que estén todos en un mismo edificio, y pedimos a un asesor que determine para cada uno de ellos cual es la mejor ubicación de su escritorio en relación a la puerta, acomodamos a algunos de ellos según las recetas del experto y a otros no, sin que ellos sepan en qué grupo están, y luego pedimos a un grupo de contadores independientes que lleven el registro detallado del incremento de las utilidades del trabajo de cada uno de ellos durante cierto período sin que los contadores conozcan tampoco siquiera la naturaleza del experimento que se está llevando a cabo.
También se pueden contrastar las recomendaciones de diferentes expertos en feng shui para ver si en casos iguales proponen soluciones iguales, lo cual sería de esperarse si realmente existiera una energía Chi y si los asesores en feng-shui fueran capaces de detectarla y controlarla. Aparentemente Penn y Teller, en su show televisivo Bullshit hicieron esta prueba y encontraron que las recomendaciones de diferentes expertos en feng shui eran diferentes para el mismo caso (según una nota referida en el artículo sobre el feng shui en la Wikipedia en inglés).
Es de entenderse que hace miles de años, cuando la educación formal llegaba a muy pocas personas y la investigación cientìfica era tan incipiente que los conceptos científicos se mezclaban facilmente con la magia y las creencias, hubiera una gran cantidad de gente dispuesta a aceptar las afirmaciones de los expertos en conceptos tan poco sustentados como los que pretenden respaldar la práctica del feng shui. Después de todo, en algún momento del pasado, cualquier concepto tenía poco sustento empírico, por no decir científico; incluso aquellos que actualmente son aceptados en forma general por la comunidad científica. Sin embargo hoy que contamos con la ventaja del dominio del método científico y que sabemos que funciona por lo menos en lo referente al desarrollo tecnológico, por decir lo menos, no existe necesidad de escoger entre diversas disciplinas basándonos en la fe o la confianza que nos puedan hacer sentir sus practicantes. Podemos ahorrarnos dinero con sólo pedir algo tan sencillo como evidencias contrastables.
Ahora, que si después de leer este post mi improbable lector regiomontano sigue queriendo gastar su dinero en una asesoría que no tiene ninguna base ni provee ventaja alguna, pues por supuesto, que es libre de hacerlo ¿Quién soy yo para prohibírselo?
Referencias:
Una entrada muy completa en la wikipedia en inglés (por desgracia la versión en español no pasa en este momento de un triste intento de publicidad): http://en.wikipedia.org/wiki/Feng_shui
Artículo en Skeptic sobre el tema: http://www.skeptic.com/eskeptic/04-03-25.html, enfocado principalmente a ilustrar casos de personas y empresas que han invertido dinero en asesoría feng shui.
Artículo en el diccionario escéptico: http://www.skepdic.com/fengshui.html en el cual está basada la mayor parte de este post.
Una crítica en el blog de orac a las recomendaciones de un asesor fengshuista a los candidatos a la presidencia de EEUU: http://scienceblogs.com/insolence/2008/08/just_what_john_mccain_and_barack_obama_n.php
Una entrada en el blog de Héctor Coronado, relativa al oportunismo comercial de una marca de pintura: http://librepensar.blogspot.com/2007/02/comex-y-el-feng-shui_08.html
Eh visto que este tipo de creencias de New age estan muy de moda entre señoras treintonas ricas, deesas que andan en san agustin con sus camionetotas....
ResponderEliminarConozco varias que piensas que el feng es elitista y que por eso es mejor....
Patetico
"hace miles de años, cuando la educación formal llegaba a muy pocas personas y la investigación cientìfica era tan incipiente que los conceptos científicos se mezclaban facilmente con la magia y las creencias,..."
ResponderEliminarEres un encanto, Antonio
Pinche Feng Chuy, cuánta lana está haciendo el chino ese...
ResponderEliminarJejeje...
ResponderEliminarUna amiga de una amiga de pronto hojea esos librillos de Feng Shui y toma dos o tres consejillos. Incluso aconseja a otros de acuerdo a esos mismos librillos (es decir, libros chiquillos).
Le pediré que lea este post.
El Feng Shui está sujeto a la apreciación personal y por tanto, no puede ser algo así como 'una ciencia' con la que se rija una existencia, aunque conozco a alguien que hizo unos cambios (muy raros, por cierto) en su casa 'para atraer la abundancia' y que yo sepa, sigue en la misma clase social que antes del Feng Shui... o quizá peor. Y además, su casa luce muy extraña.
ResponderEliminarPersonalmente, no es algo que me preocupe, sólo espero que más gente se de cuenta de que es una tomada de pelo de los chinos, quienes, dicho sea de paso, son de las culturas más supersticiosas.
Saludos!
Habìa semi-olvidado la admiraciòn que siento por tu acendrado racionalismo. ¡Que diseños experimentales se te ocurrieron para poner a prueba al Chuy!.
ResponderEliminarA propósito, el psicoanálisis, cuya cualidad científica ha sido puesta casi al nivel del Feng por ilustrìsimos metodólogos (M. Bunge, por ejem.)sostiene que todos los humanos pasamos, inevitablemente, por etapas infantiles de pensamiento màgico y que, en mayor ó menor medida dependiendo de la maduraciòn psicològica, en cada persona es posible detectar residuos -o permanencia- de tales pensamientos.
¿Temes derramar la sal,Toño?
Ja!
Saludo hermenéutico
¿No existe el Chi? ¡¿Pos qué no has visto Dragon Ball Z?! Los Zaiyayín tienen un montón, especialmente Gokú y sus hijos... ¡Ja, ja, ja, ja!
ResponderEliminarYo me pregunto cuál es la motivación detrás de esas modas estúpidas que aparecen entre las clases pudientes. ¿Será también la necesidad de controlar unas circunstancias que se resisten a ser controladas, igual que en los fregados, o simple aburrimiento, deseo de verse como "especial" dentro del círculo social que se frecuenta, o qué? Y sí, también hay Feng Shui para pobres, en el que en lugar de remodelar y redecorar tu casa (seguramente comprando los insumos de, y aparte pagándole honorarios a, el "asesor de Feng Shui") te venden unos espejitos y unos octágonos, que se parecen a la bandera de Corea del Sur, que son autoadheribles y que pegas en lugares estratégicos de tu casa de interés social. La verdad es que no he querido perder mi tiempo y buen humor indagando sobre las instrucciones de uso y los supuestos fundamentos para ese Feng Shui Autoadherible.
Ahorita está de moda todo lo chino con eso de las Olimpiadas, pero el Feng Shui ya tiene rato de estarse promoviendo. La primera vez que supe de él fue allá por el 97, a través de un arquitecto de Mty que estaba "cultivándose" sobre el tema, seguramente para hacer negocio de asesorías para señoras ricachonas, ya que ése era el círculo social en el que se movía o pretendía moverse.
Siempre me produce entre risa y amargura el ver como casi todo mundo que pretende ser "original" (especiales ya lo somos todos, ya lo dijo Barney) desecha una serie de convencionalismos... sólo para apegarse a otra serie de convencionalismos. Eso se ve hasta en los grupos autodenominados contraculturales, que se ven casi tan uniformados como estudiantes de secundaria federal o casi cualquier primaria actual. La ironía del asunto se ilustra muy bien con la anécdota que me cuenta un amigo que estudió en el ITESM a fines de los 60s, cuando lo "cool" era ser hippy (y si vamos a movimientos contraculturales, no puedo imaginar uno más radical, cuando menos en sus inicios) y que la gente "bien" (creo que en ese entonces todavía no se usaba el término "nice") iba y se compraba sus diversas prendas de vestir, adecuadas al "look" y provenientes de lugares tan exóticos como la India, en Laredo, en una tienda que se especializaba en el ramo y a la cual les dio por apodar "el Hippy Elegante".
Todas esas zonceras pierden por completo su potencia al sometérselas a un análisis cuidadoso bajo condiciones bien controladas. Pero luego no falta quién, cuando tú exiges que se haga eso, te acuse de ser cerrado o incluso hasta de influir en los resultados, de tal modo que éstos no sostengan la hipótesis por ellos propuesta, mediante tus malas vibras.
Yo lo que les diría a todos esos que promueven el Feng Shui, a cualesquier clase social, es que se vayan al(a) Chi...